Este taller lo dividimos en dos grandes temáticas.
En la primera, sobre química recreativa, participaron los grupos de Infantil y primeros cursos de Primaria.
En la segunda, exploramos las posibilidades que nos brindan editores de sonido como Audacity al combinarlos con programación en Scratch, para los mayores.
En la primera, sobre química recreativa, participaron los grupos de Infantil y primeros cursos de Primaria.
En la segunda, exploramos las posibilidades que nos brindan editores de sonido como Audacity al combinarlos con programación en Scratch, para los mayores.
QUÍMICA RECREATIVA
Antes de comenzar, hay que recalcar que sin la colaboración de padres y madres este taller no hubiese sido posible, ya que empleamos productos de limpieza presentes en cualquier hogar cuya manipulación ha de ser supervisada por adultos.
- Experiencia con indicadores de pH caseros.
El primer experimento es un clásico que no nos podía faltar para abrir boca.
Consistió en batir col lombarda remojada en alcohol para extraer sus pigmentos ricos en antocianinas. Presenta llamativos cambios de color al modificar el pH de la disolución que los contiene.
Posteriormente, con ayuda de un adulto, se pasó el líquido resultante a otro recipiente a través de un colador y se repartió en vasos de chupito de plástico.
Los niños añadieron a sus vasos zumo de limón y bicarbonato sódico.
Los padres añadimos - previamente diluidos- lejía, salfumán y sosa, obteniendo un bonito arco iris.
- El globo que se infla "solo".
¡Algunos incluso explotaron!
- Arco iris en una botella
No nos dio tiempo a realizar este bonito experimento en el que se tiñen con colorantes alimentarios líquidos de distintas densidades presentes en el hogar. Al ponerlos en el mismo recipiente -con cuidado de que no se mezclen- se forma un arco iris líquido.
Lo dejamos para otra ocasión.
Lo dejamos para otra ocasión.
AUDACITY + SCRATCH
Exploramos las posibilidades que nos ofrece añadir efectos sonoros propios a aplicaciones y programas realizados con Scratch.
Para ello, el alumnado grabó sus propias voces y les cambiaron el ritmo, tono, ecos, etc., lo cual resultó divertido.
De este modo, consiguieron una voz escalofriante con la que quisieron gastarle una broma a una madre en la que también participaron los peques.
Mientras se partían de risa en la habitación de al lado, dejando entrever sus dientecillos mellados, se escuchaba esta cancioncilla siniestra y, al rato, alguien disfrazado de fantasma entró en la habitación indicada.
Sin duda alguna, le gastó el "bromazo del siglo".
De este modo, consiguieron una voz escalofriante con la que quisieron gastarle una broma a una madre en la que también participaron los peques.
Mientras se partían de risa en la habitación de al lado, dejando entrever sus dientecillos mellados, se escuchaba esta cancioncilla siniestra y, al rato, alguien disfrazado de fantasma entró en la habitación indicada.
Sin duda alguna, le gastó el "bromazo del siglo".